Fernando Montes


¿Qué hay chatos? Pues yo venía aquí a contaros mi vida y milagros así que, a ver... nací, crecí, no me reproduje (espero) y creo que aún me falta rato para morirme (espero, de nuevo).

Soy madrileño, estudio Periodismo (a ratos) en la Universidad de Sevilla, vivo en algún lugar indeterminado entre la majestuosa Sevilla y la no tan majestuosa Carmona y mi peluquero reside en Sevilla Este (que es como de Sevilla pero no), así que se puede decir que soy un nómada aventurero.

Tengo una extraña dolencia llamada lecturafilia. Por su culpa tengo una especie de vocecilla en la cabeza (que usualmente se manifiesta bajo la apariencia de Yoda) instándome a comprar más libros y organizar una orgía desenfrenada de papel y tinta en mi cuarto. Es muy molesto, sobre todo cuando habla al mismo tiempo que las otras voces de mi cabeza (la de Iwata diciéndome que me compre más Nintendos, Spider-Man recordándome que hay reboot dentro de dos años…).

Me encanta hablar, sólo que en papel (lo llaman escribir, creo). Cuando hablo mucho por la boca en vez de por las manos suele ser por dos motivos: uno, es hora de dejar de beber, amigo; dos, me apuntan con un arma.

También soy aficionado a los cómics (es un misterio para mí el cómo consigue resistirse la gente a los superhéroes en mallas), a las series de TV (mi chute semanal) y a los gatos. A todo el mundo le gustan los gatos, son como la pizza, los viernes y los envoltorios de burbujitas (cuando estoy triste, pido que me envíen cosas sólo para hacerme con uno de esos).

Cuando digo que me gusta el cine, la gente suele pensar que me refiero al Padrino, Titánic, Los Pájaros y esas cosas. Pero, para que una película me guste, tiene que tener al menos dos de estos elementos: explosiones, superhéroes, chistes malos, sables láser, dragones, superhéroes, magia y superhéroes.

De momento eso es todo lo que no os hacía falta saber de mí. Si se os ocurre algo más, no dudéis en enviármelo envuelto en plástico de burbujitas.

Buenas noches, que la Fuerza os acompañe, larga vida a Arceus y a la cerveza de mantequilla.

Por cierto, me llamo Fernando.


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