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Título: Un asunto de familia
Autor: Hirokazu Kore-eda
Editorial: Nocturna
Páginas: 232
Precio: 15,50 €
Libro autoconclusivo
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Una noche, Osamu y su hijo se encuentran con una niña sola en medio de un frío glacial y deciden llevársela a casa. Aunque al principio la mujer de Osamu protesta por sus dificultades económicas (para poder llegar a fin de mes incluso cometen pequeños hurtos), cambia de opinión cuando descubren la horrible situación doméstica que sufre la cría. Pero la convivencia feliz que entonces se origina da un vuelco con un suceso imprevisto que pone a prueba los lazos que les unen.
Así arranca esta preciosa novela de Hirokazu Kore-eda sobre una familia que, como todas las familias infelices, no se parece a ninguna otra. Y que demuestra, en definitiva, que la palabra «familia» tiene una infinidad de matices.
Así arranca esta preciosa novela de Hirokazu Kore-eda sobre una familia que, como todas las familias infelices, no se parece a ninguna otra. Y que demuestra, en definitiva, que la palabra «familia» tiene una infinidad de matices.
Un asunto de familia, llevada al cine como una película ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes, está ambientada en un Japón contemporáneo pero con una trama que bien podría haberse dado en la época de Charles Dickens.
En la novela conoceremos a inocentes niños obligados a robar en supermercados para subsistir junto a su familia, donde cada miembro está muy unido a los demás miembros y dependen los unos de los otros.
Osamu es el patriarca, un trabajador de la construcción que ha enseñado al menor, Shota, cómo coger lo necesario de las tiendas sin ser pillado. Como él mismo confiesa, era lo único que tenía para enseñar a su hijo. A ojos de la sociedad y de la ley, tan sólo es un criminal que explota a los niños y no es lo suficientemente valiente para dar la cara cuando las cosas se ponen feas. Pero desde el punto de vista de la novela, es el héroe de la historia.
Todo comienza cuando encuentran a una niña abandonada y hambrienta y deciden darle cobijo, a pesar de que apenas tienen para ellos mismos.
Es curioso ver cómo un lugar como Japón, que para nosotros parece tan avanzado, es representado con una economía tan pobre y una atmósfera tan deprimente. Todo el mundo, adulto y joven, intenta sobrellevar el día a día como mejor puede; las mujeres trabajan largas jornadas por un sueldo muy pobre, sobretodo en lavanderías enormes o en trabajos relacionados con el sexo; los hombres, en la construcción; los ancianos subsisten de su pensión, la cual reparten con los demás. Nuestra familia vive en un pequeño apartamento con los niños durmiendo en armarios.
El autor propone un modesto drama familiar sobre los oportunistas en las zonas residenciales marginales de la sociedad. Un foco al lado más humano de la literatura contemporánea que, si eres fan de estos temas, te atrapará.
En la novela conoceremos a inocentes niños obligados a robar en supermercados para subsistir junto a su familia, donde cada miembro está muy unido a los demás miembros y dependen los unos de los otros.
Osamu es el patriarca, un trabajador de la construcción que ha enseñado al menor, Shota, cómo coger lo necesario de las tiendas sin ser pillado. Como él mismo confiesa, era lo único que tenía para enseñar a su hijo. A ojos de la sociedad y de la ley, tan sólo es un criminal que explota a los niños y no es lo suficientemente valiente para dar la cara cuando las cosas se ponen feas. Pero desde el punto de vista de la novela, es el héroe de la historia.
Todo comienza cuando encuentran a una niña abandonada y hambrienta y deciden darle cobijo, a pesar de que apenas tienen para ellos mismos.
Es curioso ver cómo un lugar como Japón, que para nosotros parece tan avanzado, es representado con una economía tan pobre y una atmósfera tan deprimente. Todo el mundo, adulto y joven, intenta sobrellevar el día a día como mejor puede; las mujeres trabajan largas jornadas por un sueldo muy pobre, sobretodo en lavanderías enormes o en trabajos relacionados con el sexo; los hombres, en la construcción; los ancianos subsisten de su pensión, la cual reparten con los demás. Nuestra familia vive en un pequeño apartamento con los niños durmiendo en armarios.
El autor propone un modesto drama familiar sobre los oportunistas en las zonas residenciales marginales de la sociedad. Un foco al lado más humano de la literatura contemporánea que, si eres fan de estos temas, te atrapará.
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