P. Bosch trae la primera parte de una saga que seguro llamará la atención de los jóvenes lectores con misterio, promoción de la lectura e incluso desarrollar interés en Shakespeare.

En Mala Magia conoceremos a Clay, un chaval de doce años que perdió a su hermano cuando éste decidió marcharse sin dar explicaciones, dejando a Clay confuso y furioso y abandonando su creencia en la magia. Ahora se dedica a montar en monopatín y hacer grafitis.

Cuando en su colegio decidan hacer una obra de teatro de La Tempestad, una novela de Shakespeare, encuentra muy difícil familiarizarse con la magia que hay en la obra. Por eso su profesor le da un diario y le aconseja escribir cualquier cosa para desahogarse.
De esta manera, Clay escribe "La magia apesta", como una broma interna con su hermano, y éstas aparecen en forma de grafiti en los muros del colegio.
Cuando le pillan, acaba siendo suspendido y siendo enviado por sus padres a un campamento para adolescentes problemáticos en una isla.

Aquí comienza la aventura de Clay en la que se hará amigo de chicos excéntricos, conocerá a una llama que solo entiende el español, y lo que parece ser el fantasma de una chica que acecha las ruinas de una biblioteca.
Están ocurriendo muchas cosas misteriosas y todas parecen guardar relación con la obra La Tempestad.

Acompaña a Clay en su búsqueda de lo que es real y no mientras el autor nos da información tanto útil como inútil, conocemos personajes interesantes, nos topamos con aventuras a tutiplén y con un uso creativo y original de La Tempestad.