« Me llamo Daniel y tengo dieciséis años. Hace más de un siglo que tengo dieciséis años. Morí, como tantos otros, el quince agosto de 2031, el mismo día en que llegó a su fin el viejo mundo, el mismo día en que comenzó el nuevo.»

Quizás a estas alturas ya sepáis que Cotrina es de mis autores nacionales favoritos, y es que tiene una habilidad tal para escribir novelas para adultos, jóvenes y para los aún más jóvenes que son muy inmersivas y te trasladan a nuevas realidades con cada nueva novela, ya sean de aventuras, de ciencia ficción, de muerte o de chistes malos.
En esta ocasión, nos trae un nuevo libro autoconclusivo que trata sobre cómo la realidad, sin que menos te lo esperes, puede dar un cambio drástico exagerado y romper unos límites que nunca nadie se habría imaginado.
El 15 de agosto de 2031 detonaron un sinfín de bombas nucleares alteradas que acabaron con un porcentaje importante de la población. La ciudad de Daniel fue pasto de la devastación y en tan solo un segundo millones de personas perdieron la vida.

Cuando el cuerpo muere, lo normal es que el alma se desprenda y vaya "al otro lado", pero hay veces, muy pocas veces, que el alma parece perderse a medio camino y queda atrapada en el mundo de los vivos pero en un plano diferente de la realidad, incapaz de ascender.
Sin embargo, algo debió pasar con el evento del bombardeo, pues una situación que se da de forma muy rara, le ocurrió a prácticamente todas las víctimas: miles y miles de almas quedaron atrapadas, condenadas a vagar a la deriva, entregarse al olvido o ser devoradas por los turbios.
Daniel lleva un siglo muerto y existiendo con cientos de fantasmas en el lugar de su muerte, inamovibles, eternos y presos de la rutina. Hasta que se acerca lo que parece ser un asentamiento humano.

« El fin del mundo fue de un verde intenso, como si la realidad se transformara en esmeralda.
Recuerdo que pensé "Qué hermoso es'un instante antes de que la explosión me tirara la fachada encima. Fue una experiencia inolvidable. »

Si estáis acostumbrados a leer las novelas de Cotrina, habréis visto que sus historias suelen estar repletas de monstruos, cargadas de aventuras, peligros y otros portentos. Esta vez parece que decide tomarse un pequeño descanso de todo eso para entregarnos una historia algo más introspectiva en el sentido de que se explora ese mundo desconocido e incierto que aguarda tras la muerte, en un estado de limbo perpetuo que más que el fin de la historia parece ser el comienzo de muchas otras. ¿Existe una segunda oportunidad más allá de la muerte?

Más que una historia de situaciones, es una historia de personajes, donde podemos ver cómo cada uno decide vivir su muerte de maneras muy diferentes, enfrentando ese nuevo estado con mayor o menor entereza emocional, algunos de ellos incluso desarrollando habilidades extraordinarias que nunca habrían podido tener en vida y que añaden ese toque de magia fantasiosa al escenario apocalíptico que crea el autor.

Poco más tengo que decir de esta novela sin contaros nada más de la trama, una historia que quiero que descubráis por vosotros mismos. Atraviesa el velo que te separa de la vida y adéntrate en un nuevo mundo acechado por el sanguinario rey Cráneo y otras criaturas de pesadilla.