Alexandra Bracken vuelve al mundo de Mentes Poderosas con una nueva entrega a modo de spin-off, El legado más oscuro.
Han pasado cinco años desde los acontecimientos de Una Luz Incierta, y en esta ocasión abandonamos la perspectiva de Ruby para que la historia nos sea contada a través de los ojos de Zu, a quien recordaréis de los libros anteriores como la joven Amarilla que llevaba guantes de goma para no usar su poder eléctrico.

Cinco años después, y tras el cierre de los campos de rehabilitación, Suzume trabaja para el gobierno y los niños Psi. Pero cuando un ataque terrorista toma lugar en un evento donde Zu da un discurso y todos la señalan como la culpable, debe huir y esconderse y tratar de limpiar su nombre y el de otros Psi. Aliándose con dos nuevos personajes, Roman y Priyanka, Zu parte en busca de la verdad sobre el ataque, para limpiar su nombre y para reunirse con sus amigos.

La trilogía de Mentes Poderosas es una de mis favoritas desde hace años, cuando no la conocía nadie. La adaptación al cine suscitó mayor interés general por los libros y eso creó la necesidad quizás no tan necesaria de saber más, de leer más sobre ese universo.
Mentes Poderosas se merecía una continuación, una forma de ampliar ese mundo distópico con toques de ciencia ficción. Pero creo que no se merecía un spin-off como El legado más oscuro.
El personaje de Zu es irreconocible en comparación con lo que sabíamos de ella en los libros anteriores, al punto de volverse un personaje pobre en caracterización y desarrollo, confiando demasiado en "ya conocéis a este personaje" como para darle profundidad y contraste (ya que ahora tiene diecisiete años y ha cambiado con respecto a su "ella" de niña, pero no se hace bien).
También hay un interés romántico bastante forzado y carente en absoluto de química alguna.

En contraparte, El legado más oscuro toca temas relacionados con nuestra política actual sobre el clima, la justicia, la dualidad del bien-mal, y trabajar en equipo por un mejor futuro. No se pueden ignorar las similitudes entre el mundo de Mentes Poderosas y el nuestro, y es entretenido ver cómo Zu y sus amigos luchan por lo que es correcto.
Aun así, es un libro aburridamente extenso. Además, por alguna razón es un spin-off autoconclusivo pero deja cabos abiertos y un final inconcluso. Supongo que respeto tanto la trilogía original, que tuve demasiadas expectativas con esta nueva inclusión en la saga.