La familia Murry vive en un mundo donde el bien está en constante lucha con el mal.
No viven en una civilización normal como la nuestra, sino en un mundo de creaciones, de la lucha por prevalecer el bien y el amor y tratando de ganar a la oscuridad y la ignorancia. Todo esto se ve a través del trabajo científico de los padres para hacer avanzar a la humanidad, y a través de la fuerza espiritual que poseen para proteger a sus hijos de esta lucha e inculcar en ellos sus propias virtudes.
Por otro lado, los niños también toman parte en esta batalla mientras ocurren cosas extrañas y mágicas (de las que no daré muchos detalles por si acaso).

Aunque se trate de una segunda parte dentro del Quinteto del Tiempo, Una grieta en el espacio se siente más como algo opuesto a Una arruga en el tiempo, con su escaso reparto de personajes y su narrativa más tranquila.

"La autora sabe complementar con éxito conceptos como la magia, la fe y la ciencia y hacerlas ver como conceptos totalmente compatibles."

Mientras que Una arruga en el tiempo trata sobre reconocer la "esencia" universal del cosmos, y adentrándose en ello, Una grieta en el espacio gira en torno a reconocer el cosmos existente en el ser humano, y cómo nuestras acciones e identidades repercuten de manera inmesurable en él.
La autora plantea, a grandes rasgos, que a nivel biológico somos como una gran galaxia contenida en kilómetros de piel, y pretende demostrárnoslo reduciendo a su plantilla de personajes a un nivel molecular. Y aunque esto pueda parecer como un episodio de Érase una vez el hombre, gracias a las descripciones, escenarios, metáforas y narrativa general que desarrolla Madeleine L'Engle, lo cierto es que consigue causar el efecto deseado.

Existen infinitas percepciones de la naturaleza humana y sus relaciones con el bien y el mal, la fe, la ciencia, la identidad, el conocimiento y el subconsciente. Se introducen conceptos desconocidos muy interesantes y que seguro recordarás por mucho tiempo.

Un detalle positivo de las historias de Madeleine es que en sus libros se trata a los niños como simplemente personas normales pero de menor tamaño, por lo que la narrativa no se simplifica, se espera que los niños sean tan listos como los adultos, etc.
Además, algo muy interesante es todo el significado que contiene y las enseñanzas que introduce la autora entre sus páginas, teniendo en cuenta la época en la que se publicó (y siendo escrito por una mujer), algo que resulta, también, muy ilustrativo para los jóvenes lectores

Habiendo leído por ahora dos novelas de la autora, comienza a repetirse un patrón muy curioso, y es que parece que ella nunca escribe sin algo importante que decir y, conforme uno crece, más cosas puede ir descubriendo en sus novelas, significando que es apta para todos los públicos y que con cada relectura se pueden apreciar nuevos detalles.
Lo que sí se saca en claro es la enseñanza de que, si queremos librarnos del odio, debemos dejar de ver las cosas con los ojos del odio para así ver las cosas menos oscuras de lo que son en realidad. Al mismo tiempo, nos enseña que ver las cosas mejor de lo que realmente son es algo peligroso, también.
Una grieta en el espacio tiene varias líneas destacables que invitan al lector a pensar a conciencia sobre diferentes temas aplicables a la sociedad actual.