Un torrente de aguas turbulentas es el cuarto libro en el Quinteto del Tiempo que inició con Una arruga en el tiempo, cuya adaptación cinematográfica se estrenó el año pasado. Continuamos la vida de la familia Murray, aunque esta vez la historia no estará centrada en Meg y Charles Wallace, sino en sus "normales" hermanos, Sandy y Dennys.
Estos gemelos nunca habían tomado parte en aventuras anteriores, pero cuando juegan inocentemente con el ordenador de su padre y la lían con un experimento que estaba llevando a cabo, de repente se encuentran en medio de un desierto.
Han viajado al pasado, precisamente a cuando Noé estaba construyendo el Arca para sobrevivir a la inundación.

Hasta ahora, las novelas de esta saga eran más tirando a lo futurista y la ciencia ficción, con lecciones interesantes sobre la física cuántica y otros asuntos difíciles de comprender. En este cuarto libro, sin embargo, el estilo de L'Engle vira más hacia la fantasía clásica (o histórica, teniendo en cuenta que mezcla elementos bíblicos).
Hay muchos elementos nuevos y que llaman la atención, como los unicornios virtuales (sólo existen si crees en ellos), mamuts peludos del tamaño de perros, serafines y nefilim (seres que podían viajar libremente entre el Cielo y la Tierra, como los serafines, pero negaron todo ello por entregarse a los placeres mundanos).

La autora se las apaña para mantener el interés a lo largo de sus capítulos. Está el "problema" de que parte de los personajes se conocen por la Biblia, pero hay muchas cosas que quedan en el aire para que L'Engle pueda aprovecharse de ello y rellenarlo con cosecha propia y entretejer una historia de más de trescientas páginas en la que la historia, la ficción, la fantasía y la ciencia ficción (¿y la magia?) se dan la mano en una aventura que los gemelos jamás hubieran imaginado.

Para ser una novela escrita hace décadas, tiene mensajes feministas muy potentes, y elementos de novela fantástica y juvenil que hoy en día serían impensables o, como mínimo, criticados.
Sin embargo, si has leído los libros anteriores de la saga, debo advertir que es una historia diferente con un ritmo diferente y unas elecciones de trama que no la ponen entre las mejores partes de esta pentalogía. Pero si has llegado hasta aquí, leer este cuarto volumen es algo necesario.
La trama es absorbente, pero solo en su tramo final. Lo demás es más introductorio (a pesar de que se meten en faena literalmente desde la segunda página) y lento y con elecciones argumentativas cuestionables.
Si te interesa ver un viaje en el tiempo en el que se mezclan la Biblia con la ciencia, entonces tienes que leer Un torrente de aguas turbulentas.

Madeleine L’Engle vuelve a crear una aventura deslumbrante en esta cuarta entrega de El Quinteto del Tiempo, en la que ciencia, mitología, fantasía y realidad se unen inextricablemente para romper todas las barreras de la imaginación.