RESEÑA LIBRE DE SPOILERS

En esta continuación de la saga Los Impostores, la trama continúa justo donde terminó la primera novela, y para que los que hayan leído Impostores, seguramente estarán aún sorprendidos por ese final.

La novela comienza con un mensaje del misterioso X, haciendo alusión al final que nos dejó en la novela anterior. Tras eso, volvemos a los diarios de los Cinco de Fénix, y más secretos de Sheridan, Lily, Duffy, Vanessa y Jagger saldrán a la luz.

A lo largo del libro encontraremos mucho drama y situaciones de intriga en un ambiente de instituto, escenas que mantendrán al lector pegado a las páginas mientras tratan de profundizar en los secretos de los protagonistas a través de sus correspondientes diarios y llegar a la verdadera persona que realmente son y no quienes pretenden ser. 

Todo el mundo conoce a alguien que en el instituto pretendía ser alguien que no era, y este libro retrata ese aspecto muy bien; las apariencias engañan. Las historias de los cinco personajes casan bien la una con la otra y se interrrelacionan, lo que hace aún más difícil adivinar quién es el misterioso X que trata de desenmascararlos.

Lisi Harrison ha perfeccionado ligeramente la forma de alternar en cada personaje con respecto a Impostores, y aquí no hay ni rastro de esa publicidad descarada que hacía de sus otras novelas dentro de la historia. Y, en esta ocasión, se hace más fácil seguir el hilo del libro al saber reconocer mejor quién está narrando la historia en cada momento. Gracias al estilo que tiene el libro de diario personal, cada narrador con su decoración y estilo de letra, es mucho más fácil meterte en la historia y hacerte creer que de verdad estás cotilleando el diario de alguien.

La trama continúa desarrollándose de manera pausada, pero se centra en los problemas personales de cada personaje y cómo una mentira tras otra parece que les permite ir saliendo del paso, pero granito a granito, se les está formando una montaña de secretos y mentiras de la que va a ser muy difícil escapar cuando se descubra el pastel.