La vida en el instituto siempre es complicada. Pero cuando las criaturas de la oscuridad empiezan a acechar por los pasillos en busca de carne humana… entonces se vuelve terrorífica. Jim Sturges y su mejor amigo, Tub, conocen de cerca el terror. Lo experimentan cada vez que asisten a clase de gimnasia o sufren el incansable acoso de Steve y su grupo de matones. 

No saben que un horror mucho más espeluznante los está acechando… otra vez. 

Hace cuarenta años, el pueblo de San Bernardino sufrió una oleada de misteriosas desapariciones, que convirtieron al padre de Jim en un ser aterrado y obsesivo. Hoy, por primera vez, Jim tendrá que tomarse muy en serio las paranoias de su padre. Porque los monstruos se afilan dientes y garras en rincones oscuros y pasillos solitarios. Y Jim está a punto de encontrarse cara a cara con ellos.

RESEÑA LIBRE DE SPOILERS

La historia comienza con dos hermanos haciendo carreras con sus bicis tras el cumpleaños del hermano mayor. Lo que comenzó como una inocente tarde entre dos chicos cualquiera, acabó en tragedia cuando, de repente, Jack, que acababa de cumplir trece años, desaparece bajo un puente arrastrado por una enorme criatura, dejando atrás su nueva bici, ahora rota, como único vestigio de que una vez existió.

Jim, su hermano, crecerá traumatizado aún por lo que vio, incapaz de contárselo a nadie pues no le creerían, y creciendo así con el miedo a que esas criaturas vuelvan a aparecer. 

Cuarenta y cinco años más tarde, Jim junior vive bajo el techo de su excesivamente sobreprotector padre, en una casa con diez candados en la puerta, persianas de metal, y demás protecciones que no tienen nada que envidiar a los mejores búnkeres. 

Más pronto que tarde, descubrirá que su padre no está loco ni es un excéntrico trabajador de electrónica más, sino que los monstruos a los que su padre le teme existen de verdad. 

Pero estos monstruos no viven en los armarios ni debajo de las camas. Tienen toda una ciudad subterránea bajo los cimientos de San Bernardino, California.

Jim y su mejor amigo, el Gordinflón, pensaban que el instituto y los matones eran dos temas suficientemente estresantes en sus vidas de adolescentes, pero cuando descubren que los trols existen, y que los del tipo come-niños están raptando habitantes de San Bernardino, se verán envueltos en una guerra entre clanes en la que tendrán que hacerse partícipes de un bando. Entonces, el Festival de las Hojas Caídas, las matemáticas y otros temas escolares, serán el menor de sus problemas. 

Leer sobre las vidas de Jim y el Gordi nos hace pensar en los problemas y preocupaciones que un joven adolescente puede vivir en la época del instituto, el abuso escolar y no encajar en ninguna parte. Pero la historia que se trata en esta novela es más ligera, más divertida, puesto que los personajes son representaciones exageradas de la realidad para ir acorde a una historia de fantasía. 

Aparte de las personalidades de los dos protagonistas masculinos, tenemos la presencia de un personaje femenino que, menos mal, tiene un carácter fuerte, es inteligente, sin temor y hasta algo desvergonzada. Han creado un personaje que, pese a ser algo secundario, tiene varios defectos y extravagancias para ser una chica, pero que es alguien que sabe valerse por sí mismo, independientemente de su sexo.

He visto por internet que la versión original es una edición ilustrada, y echo en falta esas ilustraciones aquí, porque hubieran sido la joya de la corona, para terminar de sumergirnos en este mundo de mitología sobre trolls.

En definitiva, Trollhunters es una novela que puede recordar a veces a novelas como Las Crónicas Spiderwick o películas como Los Goonies, con personajes alocadamente divertidos y con cierto toque original que harán de esta lectura un rato muy agradable.

Trollhunters es una novela apta para amantes de la magia y las lecturas de narración fresca pero detallada, con una atmósfera que hará que te sumerjas de lleno en el mundo que crean los autores. Una historia divertida que se descubre como algo más profundo, adulto y entretenido que pueda parecer a simple vista.