Cuando me enteré que saldría publicado este libro, por una parte me llamó la atención porque, aunque se trataba de una viner famosa (Vine era una app en la que podías subir vídeos de seis segundos y mucha gente lo usaba para hacer vídeos graciosos), en la redacción había participado Melissa de la Cruz (La isla de los Perdidos, Regreso a la Isla de los Perdidos, Witches of East End...); pero por otra parte, tenía un poco de miedo, porque los libros que "escriben" este tipo de famosos (youtubers, viners, instagrammers...) no suelen brillar por su calidad, precisamente. Pero quise ser positivo y darle un voto de confianza. Además, Lele Pons era, precisamente, de las pocas cuentas famosas que conocía y seguía.

Lo que he encontrado ha sido como una versión norteamericana de Besos entre líneas, básicamente, y en líneas generales ha parecido como uno más de sus vines pero en versión extendida: en lugar de seis segundos, han sido unas trescientas páginas

Poco más de trescientas páginas en las que Lele Pons (la ficticia, pues la protagonista es Lele también pero no la real) se apoya en su humor absurdo (en el mal sentido) y autocrítico, acrónimos un tanto tontos y excesivos hashtags, así como una abundancia abrumadora de referencias a la cultura pop, todo para contar una historia de instituto bastante superficial y muy alejada de toda realidad.

Aunque presumía de enseñarnos a lo largo de la novela cómo se convirtió en una viner famosa desde los inicios mientras promovía mensajes positivos de autoestima y confianza en uno mismo, mientras celebraba su individualismo y animaba a los demás a hacer lo mismo, su constante obsesión con su propia apariencia tiraba por la borda todos estos aspectos positivos que pretendía promulgar.

Antes mencionaba que era "el Besos entre líneas norteamericano", y es que, mientras que en BEL se trataba el tema de booktuber, entre otros temas, de manera MUY utópica y nada práctica, aquí ocurre lo mismo pero con la aplicación Vine. 

Al inicio de cada capítulo se muestra el recuento de sus seguidores, que misteriosamente suben como la espuma constantemente a pesar de que apenas vemos que realmente suba vídeos o, en caso de hacerlo, no creo que sean para tanto como para conseguir de golpe y porrazo dos mil seguidores y veinte mil reproducciones (aunque bueno, siempre estará el que nazca con estrella y otros, estrellados).

Aunque la Lele del libro es pura ficción, su mentalidad #DoItForTheVine (hazlo por Vine) hace acto de presencia de manera egoísta y arrogante, casi como ocurre con la Lele real, especialmente cuando abandona tanto a sus amigos como sus estudios para estar con el chico de sus sueños (al que acaba de conocer y por el que constante y cargantemente babea y piensa cosas un poco perturbadoras para una chica de su edad -la edad de la Lele de instituto-) y da disculpas y excusas bastante poco sinceras para explicar su comportamiento.

Mientras que encontraremos muy pocos consejos útiles y aplicables al mundo real para realmente "sobrevivir al instituto", el ascenso de Lele en la popularidad, tanto de manera online como offline en su vida diaria, y los problemas de autoestima tratados pueden mostrar a los lectores adolescentes lo importante que es encontrar un equilibrio saludable entre las tecnologías, los medios de comunicación y la vida social.