Jugando con Fuego es la segunda novela protagonizada por Skulduggery, el detective esqueleto con poderes mágicos y su ayudante de 13 años, Valquiria Caín. La lucha contra las fuerzas del Mal prosigue y, en esta ocasión, tendrán que medir sus fuerzas contra el Barón Vengues. ¿Podrán impedir sus malvados planes? Las trepidantes peripecias de este original detective nos harán pasar muy buenos momentos.

El problema de luchar contra el mal es que, cuando acabas con el personaje más malvado con los planes más peligrosos, aparece un nuevo villano que piensa que es capaz de hacerlo mejor. PEQUEÑO SPOILER DEL LIBRO ANTERIOR: Ha pasado un año desde que Valquiria y Skulduggery se las arreglaron para derrotar a Serpine, pero un nuevo peligro está tomando forma. Esta vez, se enfrentarán a más de un problemático fanático. FIN DEL PEQUEÑO SPOILER.

Skulduggery Pleasant: Jugando con Fuego, es la primera secuela de la popular saga. Con más acción que el primer libro, Jugando con fuego se amplía en su propia historia.

La historia comienza con un prometedor primer capítulo, lleno de acción y humor. Este primer capítulo es como un reflejo de toda la novela: prácticamente una acción constante, páginas llenas de humor y sarcasmo.

Tenía expectativas más altas por este libro a pesar de mis reticencias iniciales con el primero, pero resultó ser una lectura entretenida. En esta secuela se expande el arco de la historia, aunque en varias ocasiones, ha sido al costo de demasiado humor. En ocasiones es difícil equilibrar humor y seriedad en una novela porque, aunque al lector le guste encontrarse con algún que otro chiste o momento divertido, también quieres que el lector te tome en serio como escritor. Por ello, pienso que podría haber habido más seriedad, y también más humor; o al menos, no más humor, sino mejor, puesto que varios chistes no tienen gracia o sen demasiado "humor inglés" (o sea, que solo le hacen gracia a ellos). Aunque el humor en este segundo libro es mejor que el que hubo en el primero, sus momentos no fueron tan buenos como los que encontramos en Detective Esqueleto.

Con esto no quiero decir que Jugando con fuego no haya resultado tener una mejora en otras áreas, porque sí que lo ha sido. La relación entre Valquiria Caín y Skulduggery Pleasant está mejorando; aunque habría deseado que Derek Landy hubiera empleado más tiempo en este aspecto, a cambio nos da una novela de acción constante, una pelea tras otra. La segunda mitad del libro está formada por una pelea tras otra, y llega un momento en el que todo se vuelve difícil de procesar. Habría agradecido encontrarme con algunos momentos de tranquilidad en los que se nos explicaran más cosas y de forma más calmada. Aunque recordemos que aún quedan muchos libros por delante y podremos encontrar de todo.

Mi único problema con el primer libro fue su falta de un momento clímax, pues cuando todo llegó a su desenlace, pareció todo muy fácil. En Jugando con fuego, la cosa es diferente, y muy mejorada. El clímax en este libro es más intenso que en su predecesor. El estilo ligero y fresco de Landy hace la lectura más amena y agradable.

Por encima de todo, lo que destaca de esta segunda novela es su trama, más atractiva que la de Detective Esqueleto. Mientras que en el primero solo te enseñan lo básico para tantear el misterioso terreno de la magia y lo sobrenatural, Jugando con Fuego expande todo eso y además, necesita menos explicaciones para enseñártelo. Esto desemboca en más tiempo para meterte en la trama, la cual es más complicada esta vez, con un buen puñado de personajes nuevos que expanden el mundo que ha creado el autor.

Una vez más, al igual que Detective Esqueleto, Jugando con fuego está lejos de ser una novela perfecta. Eso no lo hace un mal libro, no os equivoquéis, y de veras disfruté leyéndolo. A los fans del primer libro les encantará éste. En mi opinión, mejor que Detective Esqueleto.