La aperimancia, la capacidad de abrir portales dimensionales, está al alcance de muy pocos. El poder de estos elegidos, complejo y peligroso, permite conectar universos antes apenas soñados, pero también puede tener consecuencias catastróficas e imprevisibles.

Riddly, aprendiz de aperimante, intenta descifrar los misterios de la Mansión Infinita y salvar un Londres devastado por los guerreros ikari, que amenazan con destruirlo todo a lomos de sus dragones. Mientras, en Colapso, un mundo enloquecido en el que confluyen mil realidades distintas, Rebeca ha pasado de esclava a discípula de un misterioso amo que la envía a misiones cada vez más suicidas con el fin de construir una llave secreta.

Rebeca y Riddly aún no se conocen, pero sus destinos y el de nuestro mundo dependerán de su capacidad para aliarse. Porque, al fin y al cabo, toda puerta que se abre, en algún momento debe volver a cerrarse.

José Antonio Cotrina es uno de mis autores españoles favoritos, y aunque es cierto que cuando escribe novelas a cuatro manos, salen buenas historias (El Fin de los Sueños, con Gabriella Campbell), no termina de tener la epicidad que caracteriza al autor. Para mí, Víctor Conde era un autor desconocido, pero si llevaba impreso el nombre de Cotrina en la portada, debía ser un gran libro. Y, otra vez más, la vuelta de Cotrina a medias ha dado lugar a un buen libro a medias. Sin embargo, el final de Las Puertas del Infinito no dejará indiferente a nadie.

La historia nos presenta dos perspectivas diferentes que van alternando capítulos en los que vemos la vida de Logan y Riddly en un Londres del pasado, y la de Rebeca, quien vive en Colapso, una realidad en la que convergen otras muchas realidades.

Dentro de este extraño mundo que han creado ambos autores, la magia que existe en él es la de los aperimantes, personas capaces de abrir portales a otras dimensiones; la única manera de abrir estos portales es resolviendo acertijos muy concretos, y nadie sabe adónde irán a parar hasta que no la cruzan. En la Mansión Infinita se encuentran estas puertas, el mayor misterio de todos. Logan, Riddly y Rebeca tienen esta singular habilidad de ver y abrir puertas donde otros no pueden, pero qué les une será la mayor incógnita de todas, y la que mantendrá al lector intentando descifrar hasta el final. 

A pesar de una premisa muy buena con la que parte esta novela autoconclusiva, un gran fallo en la historia es la falta de una congruencia en este sinsentido y que usa, como bien se titula la primera parte del libro, el Deus Ex Magia: la magia lo arregla todo porque sí, porque es magia y punto. Si a esto le sumamos que en muchos momentos de la narración, ésta se encuentra sobrecargada de frases ornamentadas con expresiones que tratan de ser tan estilísticas que acaban sacándote de la atmósera de la historia de manera muy brusca. 

Algo que sí aprecio encontrar entre sus páginas, como contraste, es los elementos característicos de la dark fantasy, encontrando así descripciones y escenarios que rayan en lo onírico y lo delirante, con criaturas interdimensionales incluídas, algo parecido a lo que pudimos ver en El Fin de los Sueños. 

Bajo una historia que puede tener los típicos clichés de las novelas juveniles de fantasía (el protagonista héroe en la búsqueda de ciertos elementos, bajo la enseñanza de algún tutor o maestro y que debe ir hasta el final para enfrentarse a su prueba más peligrosa), encontramos una historia con elementos oscuros, paradojas, giros de trama y conceptos oníricos.

En síntesis, Las Puertas del Infinito es una novela que contiene muchos elementos que podían hacer de ella una gran novela dentro de su género, pero que bien por uno u otros caminos que se tomaron, hicieron que diera un pequeño traspiés.

Sin embargo, y pese a todo, es una novela que se disfruta y no aburre, que mantiene al lector con la curiosidad por saber qué le espera en cada página, y con elementos muy interesantes que no me importaría haber visto desarrollarse más.

LAS PUERTAS DEL INFINITO es una novela escrita por dos autores en la que se mezclan de forma muy homogénea los oscuros estilos narrativos de ambos, dando como resultado una historia cuanto menos interesante, con una infinidad de mundos por descubrir donde cada puerta que abres puede ser la última.