Andalucía, 1936. Con la guerra civil a punto de estallar, Olive Schloss, hija de un marchante de arte vienés y una heredera inglesa, vive con sus padres en las afueras de un pueblo apartado. Allí traba amistad con la joven criada, Teresa Robles, y con su hermanastro Isaac, un pintor idealista que da clases en Málaga. Al poco tiempo, Olive consigue burlar la voluntad de sus padres urdiendo un plan que desatará una cadena de mentiras y secretos.
Londres, 1967. Odelle Bastien, una joven llegada de Trinidad, ha conseguido por fin un trabajo de mecanógrafa en el augusto Instituto de Arte Skelton bajo la tutela de la codirectora, Marjorie Quick. A pesar de que ésta le otorga toda su confianza, Odelle percibe en ella cierto halo de misterio, que se intensifica con la aparición de una obra maestra perdida durante la guerra civil española, un enigmático cuadro cuyo autor podría ser el desaparecido Isaac Robles.
Londres, 1967. Odelle Bastien, una joven llegada de Trinidad, ha conseguido por fin un trabajo de mecanógrafa en el augusto Instituto de Arte Skelton bajo la tutela de la codirectora, Marjorie Quick. A pesar de que ésta le otorga toda su confianza, Odelle percibe en ella cierto halo de misterio, que se intensifica con la aparición de una obra maestra perdida durante la guerra civil española, un enigmático cuadro cuyo autor podría ser el desaparecido Isaac Robles.
La Musa comienza en una zapatería de Londres en 1967. La narradora, Odelle Bastien, está atendiendo a una cliente que revela no tener dedos en el pie.
Odelle, una joven y culta proveniente de Trinidad, alberga el sueño de convertirse en una autora publicada, y se pregunta si la mujer sin dedos fuera en realidad como "una bruja que viene a anunciar un cambio en mi destino". A partir de ese día, Odelle recibe una carta que cambiará su vida: ha conseguido un trabajo como mecanógrafa en el Instituto de Arte Skelton, donde conocerá a la enigmática Marjoire Quick.
De 1960, la historia se corta y viaja hasta la Andalucía de 1937, en plena Guerra Civil, cuando la familia Schloss llega a una España rural.
Olive es una pintora virtuosa en secreto, pues su padre cree que las mujeres nunca podrán ser artistas. Cuando dos vecinos se acerquen a la familia para saber si necesitan ayuda doméstica, Olive se sentirá fascinada por Isaac y se hará amiga de Teresa. Su presencia es suficiente para hacer a Olive volver a sus lienzos.
Estas dos tramas en principio inconexas, girarán en torno a una única pintura y quién ha sido el artista.
Poco después de haberse unido Odelle al Instituto Skelton, conocerá a Lawrie Scott, quien le muestra una pintura inusual firmada con las iniciales IR, legada a Lawrie por su madre.
Odelle se convierte entonces de manera inconsciente en una detective de arte, tratando de revelar el secreto de que una obra tan excepcional se haya vuelto una pintura tan poco conocida durante tantos años.
Las cosas se volverán más complicadas cuando Olive descubra que Marjorie Quick se está muriendo y oculta diversos secretos.
La Musa es una historia que riñe con la creatividad femenina, y lo ilustra con diversos estereotipos. La artista es una mujer que depende de su amante masculino para inspirarse, y al ser los años 30, la forma de que las cosas tengan éxito es si han sido creadas por hombres.
A pesar del hábil intercambio entre ambas tramas, se nota bastante la diferencia que hay entre ambas, siendo la parte de Odelle la más sencilla, por decirlo de alguna manera, pues su historia comienza con un incidente que provocó un "y todo cambió ese día" y termina con un conveniente legado, y su origen de Trinidad parece más una distracción que parte de la historia.
En contraste, las partes que ocurren en España son mucho más ricas y es donde la pasión de la autora se hace evidente. Sus descripciones y la manera de Olive para pintar es tan vívida como los colores que usa. Y el personaje de Teresa, por su parte, es una figura misterosa y con más peso del que puede aparentar, protagonista de varias frases memorables.
Odelle, una joven y culta proveniente de Trinidad, alberga el sueño de convertirse en una autora publicada, y se pregunta si la mujer sin dedos fuera en realidad como "una bruja que viene a anunciar un cambio en mi destino". A partir de ese día, Odelle recibe una carta que cambiará su vida: ha conseguido un trabajo como mecanógrafa en el Instituto de Arte Skelton, donde conocerá a la enigmática Marjoire Quick.
De 1960, la historia se corta y viaja hasta la Andalucía de 1937, en plena Guerra Civil, cuando la familia Schloss llega a una España rural.
Olive es una pintora virtuosa en secreto, pues su padre cree que las mujeres nunca podrán ser artistas. Cuando dos vecinos se acerquen a la familia para saber si necesitan ayuda doméstica, Olive se sentirá fascinada por Isaac y se hará amiga de Teresa. Su presencia es suficiente para hacer a Olive volver a sus lienzos.
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Poco después de haberse unido Odelle al Instituto Skelton, conocerá a Lawrie Scott, quien le muestra una pintura inusual firmada con las iniciales IR, legada a Lawrie por su madre.
Odelle se convierte entonces de manera inconsciente en una detective de arte, tratando de revelar el secreto de que una obra tan excepcional se haya vuelto una pintura tan poco conocida durante tantos años.
Las cosas se volverán más complicadas cuando Olive descubra que Marjorie Quick se está muriendo y oculta diversos secretos.
La Musa es una historia que riñe con la creatividad femenina, y lo ilustra con diversos estereotipos. La artista es una mujer que depende de su amante masculino para inspirarse, y al ser los años 30, la forma de que las cosas tengan éxito es si han sido creadas por hombres.
A pesar del hábil intercambio entre ambas tramas, se nota bastante la diferencia que hay entre ambas, siendo la parte de Odelle la más sencilla, por decirlo de alguna manera, pues su historia comienza con un incidente que provocó un "y todo cambió ese día" y termina con un conveniente legado, y su origen de Trinidad parece más una distracción que parte de la historia.
En contraste, las partes que ocurren en España son mucho más ricas y es donde la pasión de la autora se hace evidente. Sus descripciones y la manera de Olive para pintar es tan vívida como los colores que usa. Y el personaje de Teresa, por su parte, es una figura misterosa y con más peso del que puede aparentar, protagonista de varias frases memorables.
Casi un 4 |
Es la segunda novela de la autora que trajo La casa de las miniaturas, y su falta de confianza al escribir este libro, para que no sufriera de "el síndrome del segundo libro" es algo que se refleja de manera creativa en el personaje de Odelle. Si ella pudo, Jessie Burton también ha podido salir con éxito.
Oye pues el libro no pinta para nada mal, la verdad. Lo que pasa es que las dos tramas las veo tan diferentes entre sí, aunque giren en torno al cuadro de Isaac.. Pero si la trama que sucede en España es muy rica, probablemente me guste porque es la que me llamaba la atención. Voy a tener que ponerlo en mi lista de lecturas por tu culpa..
ResponderEliminarLa foto de instagram me ha encantado ♥
Hola!
EliminarLo de las tramas, conforme avanzas en la lectura comprendes la conexión (aunque por mi reseña veo que has pillado por dónde van los tiros jaja), y si te gusta el género, te animo a que le eches un ojo :)
Me alegra que te haya gustado la foto, y la reseña, claro!
Gracias por pasarte, un saludo!
¡Hola!
ResponderEliminarNo me termina de encajar la sinopsis, y leyendo tu reseña creo que menos aún la novela, me da la sensación de que le falta algo para conectar las dos tramas, tendría que leerlo obviamente pero... lo dejaré pasar y eso que "La casa de las miniaturas" me gustó. ¡Saludos!
Hola, cuánto tiempo! :D
EliminarLástima que no te llame la atención :( Aunque si te ha gustado La casa de las miniaturas, quizás lo mejor sea que, con el tiempo, sacies tu curiosidad con esta novela :)
Gracias por pasarte, un saludo!