Como habréis podido averiguar por la sinopsis, el vasto mundo de fantasía donde se desarolla la historia está regido por el matriarcado. Cada generación, la reina actual da a luz a mellizas, siendo cada niña el recipiente para una forma de magia diferente.
Existen los naturalistas, que pueden domar animales de todo tipo (hasta invocar ballenas para que tiren de los barcos) y hacer que las plantas crezcan.
Están los elementalistas, que controlan los fuegos, los rayos, los huracanes.
También tenemos a los envenenadores, que pueden consumir cualquier tipo de veneno sin que les afecten. Existen además otros tipos de dones, como el de la guerra o la clarividencia, pero son mucho más raros y escasos.

La reina al dar a luz no tiene contacto alguno con las hijas y estas, cuando son bastante jóvenes, son separadas entre ellas para que tampoco se conozcan y creen lazos afectivos. ¿Por qué? Porque deberán ser entrenadas en su propia magia para enfrentarse entre ellas. Solo puede quedar una, quien será la próxima reina. Beltane, la ceremonia de Ascensión a los dieciséis años, está cerca, y las chicas deberán demostrar todo su potencial.


De las tres protagonistas, pues la historia será contada a través de sus perspectivas, Arsinoe es la que más me ha gustado. Se supone que es una naturalista pero ha sido incapaz de manifestar poder alguno, incapaz incluso de invocar a su familiar animal. Arsinoe trató, cinco años atrás, de escapar con su mejor amiga Jules de la isla donde viven en comunidad, sin éxito, por lo que ahora se ha resignado a aceptar su destino a regañadientes, tratando de trastear un poco con un tipo de magia inferior para ver si así puede dar el pego y poder sobrevivir, al no tener el poder que le corresponde.

Katharine es su hermana, una envenenadora. De todas las magias representadas en el libro, esta es la más "simple" en mi opinión, porque solo consiste en poder ingerir veneno (sí, útil si te quieren matar, pero poco más); hay referencias a una época en la que algunos envenenadores usaban su magia para sanar, pero parece que es una práctica hace tiempo olvidada.
Katharine vive en una corte un tanto gótica, con una serpiente como mascota, donde sus cuidadores la han estado envenenando con las comidas durante años para que su organismo se fortaleciera. Como consecuencia, su crecimiento parece haberse detenido y su constitución física es débil. El entorno de esta reina me resultó curioso, pues era como una versión de Tim Burton, tan oscura, negra y emo.

Mirabella, la última de las hermanas, es una elementalista, y la menos interesante bajo mi punto de vista. Es, de lejos, la más poderosa de las tres hermanas y la que más papeletas tiene para salir victoriosa en el enfrentamiento; además, es la que vive en la isla más apegada a la Diosa y su religión fanática, por lo que está bien cuidada y vigilada por las sacerdotisas.
Pero el desarrollo de sus poderes en la novela es escueto y al final queda eclipsado por el resto de acontecimientos.

Las tres reinas caminan a caballo entre el ser poderosas y totalmente dependientes de sus familias putativas. Sin una magia fuerte, Katharine y Arsinoe quedan en manos de sus aliados para que les preparen para la Ascensión. Este evento, aunque depende del poder de cada reina, trata también sobre maniobras políticas a través de los años de preparación. En muchos aspectos, las reinas solo son un medio para que otros consigan poder.

Ninguna de las tres reinas son muy partidarias de la idea de tener que matar a sus hermanas, a pesar de no conocerse entre ellas, pero son constantemente presionadas en la dirección que la larga tradición de sus familias ha dictado. Mientras leía, quería y esperaba que las hermanas se aliaran en una especie de rebelión contra el sistema que las ha estado manipulando, pero quizás sea pronto para encontrarme con eso.

El concepto de la novela me ha gustado pues he ido descubriendo cómo todo gira en torno a mujeres poderosas. Mujeres que deben aceptar sus poderes y descubrir quiénes son. Los personajes de Arsinoe y Mirabella tienen buenas amigas cercanas, y esa hermandad es importante para la trama también. Tan solo Katharine está sola, salvo por su mascota serpiente y su interés amoroso...y ninguno de los dos es de confianza.

Por suerte, el romance existente a lo largo de la novela (que no es poco) es más bien secundario y le cede el papel protagonista a la historia en sí, lo cual es de agradecer.
Tenía mis reservas a la hora de leer este libro, porque la autora me decepcionó bastante con Anna vestida de sangre, pero me alegra haber descubierto esta novela. Ahora solo queda esperar a leer la continuación de esta saga.