RESEÑA LIBRE DE SPOILERS

En la última parte de la trilogía La Doctrina de la Mortalidad, seguimos la historia de Michael y sus dos amigos tras los acontecimientos que ocurrieron en la segunda parte, Revolución. Junto a sus amigos y aliados, deberán parar de una vez por todas a la Inteligencia Artificial llamada Kaine, quien está introduciendo en las mentes de personas fallecidas otras IAs para crear todo un ejército con el que hacer frente a los humanos.

Me declaré fan del autor con su saga de El Corredor del Laberinto, pero con esta trilogía he tenido la constante sensación de que ha sido escrita de forma vaga y algo descuidada, repitiendo muchas estructuras vistas en su anterior obra y varios clichés. Empezó con una premisa y conceptos muy interesantes, y me gustó ver qué camino tomaba todo esto, pero la forma en la que están contadas las tres partes de esta saga es lo que no me ha terminado de convencer. Además, el autor crea nuevas zonas del ya de por sí misterioso y poco conocido en profundidad Sangre Profunda sin dar explicaciones siquiera, dotando de la Red Virtual de aún menos consistencia, así como que nunca llegamos a obtener un por qué Michael y sus amigos saben manipular tan bien el código de este mundo virtual. 

Viéndolo por el lado bueno, tiene una trama que sí evoluciona y va mejorando lenta y gradualmente con cada entrega. Vemos cómo los personajes crecen y se desarrollan, sobretodo Michael y su existencia en sí. Dashner introduce pequeños elementos y temas que han resultado interesantes de leer, aunque la trama y sus giros se volvieron más suaves en comparación con los del primer libro. 

En síntesis, sirve como un buen análisis, dentro del ambiente futurista, de cómo la sociedad puede llegar a deteriorarse con el abuso de la tecnología y la sobreexplotación de ésta, entrando aquí la ética y la moral a diferentes niveles. Por otra parte, si bien es una saga que calificaría como "normal", LA BATALLA FINAL, que sirve como punto y final a la misma, ha resultado ser un final adecuado que, grosso modo, cierra todos los cabos sueltos.