En una calurosa tarde en el prado, Alicia se encuentra mortalmente aburrida. Pero ese momento dura poco, pues pronto se cruzará en su visión un apresurado conejo vestido con chaqueta y un reloj de bolsillo. Llena de curiosidad, Alicia no puede evitar seguir a la curiosa criatura a través de una madriguera por la que caerá lo que parecerán kilómetros, aterrizando en un largo pasillo donde, al fondo, se encuentra una puerta demasiada pequeña como para que nadie pueda pasar.

Así comienzan las aventuras de Alicia en el fantástico País de las Maravillas. En las páginas siguientes a su descubrimiento, un extraño líquido la reducirá hasta medir unos pocos centímetros; una tarta desaparecerá en frente de sus ojos; un sombrerero loco la invitará a té y Alicia jugará un peligroso juego de croquet.

Siempre he tenido problemas reseñando clásicos, porque si no me gusta, ¿significa eso que no soy lo suficientemente culto o mi sentido del gusto literario está estropeado? ¿O es que simplemente no me gusta lo mismo que al resto?
Por suerte, no ha pasado lo mismo con Alicia. Esta novela es una interesante lectura sin duda, y todo gracias al estilo narrativo de Carroll, quien cuenta toda la historia desde la perspectiva de la joven Alicia, quien actuará de crítica a esa época de transición de la inocencia a la adultez, pues veremos las cosas de la misma manera que lo haría un niño, y de la forma que ella las ha aprendido.

La trama es una completa locura, yendo de un lugar a otro sin sentido alguno y conociendo personajes cada vez más alocados y diferentes. Olvídate de sacarle la lógica o el sentido a lo que leas, porque es una tarea imposible.
Lo que sí resulta interesante y es algo que ofrece muchas horas de estudio, es todos los temas subyacentes que se tratan en la historia, muchos de los cuales ocurren sin que te des cuenta; de hecho, existen estudios centrados en todo lo que no se ve a simple vista en Las Aventuras de Alicia, y me parece de lo más curioso que, a día de hoy, Alicia siga siendo un misterio lleno de sorpresas que descubrir.

Esta historia guarda un lugar especial en mi corazón, pero tiene ciertos elementos (uno referente al final) que hacen que, personalmente, baje un poco la nota.