La novela sigue la historia de dos adolescentes con vidas totalmente diferentes. Por una parte, está Libby Strout, quien al fin reunió el valor suficiente para volver a la escuela tras haber sido educada en casa a causa de sus problemas de obesidad. 

Estos problemas se originaron por el estrés al que estuvo sometida Libby tras la muerte de su madre; comer se volvió su mecanismo para lidiar con la pena y llegó a pesar doscientos kilos y más. A causa de muchos problemas de diferente carácter, Libby pudo por fin asistir a ayuda médica y terapias varias para perder peso. 

Por otro lado, tenemos a Jack Masselin, un chico popular de la escuela, que sufre prosopagnosia (inhabilidad para reconocer los rostros de las personas, incluída su familia). Para sobrellevarla, aprendió a fijarse en otros detalles que no fueran el rostro para reconocer a los demás (lunares o pecas, color del pelo, gestos...). Es un secreto que siempre mantuvo para sí mismo. Hasta que Libby llegó a su vida. 

Jack, por su parte, es un marginado no por "decisión propia" sino a causa de sus limitaciones a la hora de tratar con la gente, y tras el casual encuentro con Libby cuando estaban siendo castigados, sus mundos cambiarán por completo al introducirse en un viaje de autodescubrimiento donde los secretos serán revelados al otro y les permitirá, con el tiempo, dejar marchar los prejuicios y aceptarse como realmente son.

Pasan tanto tiempo juntos, que la relación se desarrolla y evoluciona a un ritmo natural y lógico, permitiéndonos explorar la complejidad de los personajes conforme avanza la historia. 

El estilo narrativo de la autora me ha sorprendido y complacido a partes iguales; podías sentir el cariño con el que había escrito cada palabra, e incluso aunque no compartieras aspectos físicos o mentales con los personajes, podías sentirte totalmente identificados con ellos, comprenderlos, sentir lo que sentían en cada momento y apoyar cada momento de sufrimiento. 

Cada personaje, por muy poca participación que llegara a tener en la historia, tiene su momento y su importancia dentro del libro, lo que me permitió conectar con una gran variedad de personajes, sobretodo con el personaje de Libby, una persona que evoluciona a lo largo de toda la historia, pasando de ser una chica indecisa y temerosa, a alguien optimista y rebosante de confianza en sí misma.